Filtros solares: ¿Son todos iguales?
- galvezdjoum
- 16 jun 2019
- 3 Min. de lectura

Cada vez estamos más concienciados de la importancia de usar un buen protector solar para paliar los daños que provoca el sol en nuestra piel.
Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en España en 2018, se diagnosticaron 21.363 casos de cáncer de piel no melanoma
El Instituto Nacional del Cáncer define al filtro solar como una sustancia que ayuda a proteger la piel de los rayos perjudiciales del sol. Los filtros solares reflejan, absorben y esparcen tanto los rayos ultravioleta A como los B para proteger contra ambos tipos de radiación. El uso de lociones, cremas o geles que contienen filtros solares puede ayudar a proteger la piel del envejecimiento prematuro y el daño que puede conducir al cáncer de piel.
Hoy intentaremos explicar la diferencia entre filtros físicos, químicos, órgano-minerales y biológicos y cuáles son los que mejor le van a tu piel, ya que cada uno de ellos funciona de forma diferente.
1.- Los filtros físicos
Este tipo de filtros contiene sustancias minerales que no provocan ningún tipo de reacción fotoquímica lo que hace que sean mucho mejor toleradas por las pieles sensibles. Estas sustancias inertes forman un escudo pantalla que protege la piel de la radiación solar ya que actúan como minúsculos espejos que reflejan los rayos solares, así, la energía del sol rebota en la superficie de la piel minimizando el daño solar.

A pesar de ser uno de los más habituales debido a su alta tolerancia, al depositar esa barrera sobre la superficie de la piel, tienden a dejar un aspecto brillante y resultan ligeramente pesados, lo que hace que las pieles grasas no se sientan muy cómodas con ellos.
Se recomienda el uso de este tipo de filtros en niños menores de año medio, así como en pieles alérgicas, reactivas o con algún tipo de dermatitis. Así mismo, se aconseja su uso en cicatrices recientes o pieles lesionadas en las que haya riesgo de absorción del filtro solar. En el caso de presentar eritema (enrojecimiento), también está aconsejado el uso de este tipo de filtros, así como en los tratamientos médico estéticos de láser o peelings químicos en los que la piel queda tan sensibilizada que se hace imprescindible el uso de protección solar en los días posteriores al tratamiento.
2.- Los filtros químicos

Los filtros químicos son sustancias que al entrar en contacto con la radiación solar se activan y mediante reacciones fotoquímicas absorben la radiación solar y la modifican para minimizar el impacto de la radiación sobre la piel. Al captar la energía estos filtros la transforman en una longitud de onda distinta y totalmente inocua para la piel.
Este tipo de filtros presentan una textura mucho más fresca y ligera que los filtros físicos, lo que los hace ideales para las pieles grasas, y al penetrar en la piel la protegen durante períodos de tiempo mucho mayores, pero por contra, dado que son absorbidos, no son bien tolerados por todas las pieles y presentan un mayor índice de alergias. Por este motivo tampoco se aconseja su uso en niños menores de año y medio.
3.- Los filtros órgano-minerales

Son filtros químicos pero insolubles, por lo que tienen así las ventajas de los químicos (cosmeticidad) y de los físicos (seguridad). Son capaces de actuar tanto por absorción como por reflexión o incluso por una combinación de ambos mecanismos (dispersión o scatering).
Son considerados el futuro de la fotoprotección total.
Tienen una gran capacidad filtrante en el UVA.
4.- Los filtros biológicos

Técnicamente los filtros biológicos no son filtros solares como tal, sino que son agentes antioxidantes que actúan en sinergia con los filtros de la fórmula evitando la formación de radicales libres y potenciando el sistema inmunológico de la piel. Los más utilizados son las vitaminas A, C y E. Estas dos últimas son de vital importancia ya que aplicadas sobre la piel aportan una potente acción frente a los radicales libres ralentizando el envejecimiento cutáneo.
Es decir, que los filtros biológicos, por si mismos no bloquean la radiación solar si no que actúan contrarrestando la acción nociva del sol actuando en sinergia con el resto de filtros.
Los filtros biológicos, a diferencia de los demás ya citados, actúan desde el interior proporcionando una elevada protección celular frente a la fracción de radiación capaz de atravesar la barrera de filtros solares e inducir radicales libres.
Pueden utilizarse de forma
• Tópica: incluyéndolos en todas las fórmulas fotoprotectoras.
• Oral o sistémica: proporcionan una protección basal beneficiosa y permanente, independiente del uso de fotoprotectores tópicos. Constituyen una reserva que protege a medida que la fotoexposición agota los antioxidantes naturales. Sin embargo, los productos biológicos por vía oral nunca deben sustituir la fotoprotección convencional por vía tópica, sino que deben considerarse productos complementarios.





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