La melatonina: la hormona del sueño
- galvezdjoum
- 11 dic 2019
- 3 Min. de lectura

Conciliar el sueño se ha convertido en un problema en Occidente. Cada vez dormimos menos y peor y eso ha generado una nueva industria alrededor de nuestro descanso. El ejemplo más paradigmático es el del boom de la melatonina, una potente hormona producida de forma natural por el cuerpo humano para regular nuestro ritmo circadiano que desde unos años a esta parte ha empezado a comercializarse de forma masiva como medicamento, pero también como complejo vitamínico.
La melatonina fue descubierta en 1958, y desde 1980 se comercializa como una ayuda para conciliar el sueño y mejorar la calidad de éste.

Beneficios de la melatonina para dormir
La melatonina no afecta a todas las personas por igual. En ese sentido, los expertos concluyen que este tipo de suplementos puede tener un efecto positio en el tratamiento de verdaderos trastornos del sueño, como el trastorno tardío de la fase de sueño (personas a las que les cuesta mucho dormirse), el trastorno avanzado de la fase del sueño (personas que se despiertan muy pronto) o los trastornos del sueño derivados de situaciones de estrés.
La prevención del jet lag, superar la somnolencia de los lunes tras un fin de semana trasnochador o incluso aliviar los síntomas de la depresión invernal, son otras situaciones en las que la gente suele recurrir a pequeñas dosis de este adormecedor producto.
Riesgos, precauciones y consejos de uso de la melatonina
Hasta la fecha no existen muchos estudios que hayan profundizado en los efectos a largo plazo de la melatonina, pero los expertos recomiendan precaución a la hora de consumirlo.
Así, por ejemplo, un estudio publicado en la revista Metabolism en diciembre de 2015 concluía que las personas sanas que tomaban melatonina para dormir justo después de cenar incrementaban el riesgo de sufrir diabetes tipo 2. También se ha corroborado que la ingesta de melatonina en dosis elevadas puede tener el efecto contrario (mal sueño) e incluso puede afectar a la efectividad de determinados medicamentos, como algunos recetados para la presión arterial alta, los medicamentos anticonvulsivos y las píldoras anticonceptivas.

El principal motivo de preocupación por el uso de melatonina, sin embargo, son los niños, ya que no hay estudios que demuestren la seguridad a largo plazo de su uso entre los más pequeños. Por ello, la Asociación Española de Pediatría (AEP) no recomienda su uso antes de los seis meses y a partir de entonces dictamina que su empleo debe estar indicado y supervisado por su médico pediatra o por un médico experto en sueño, que debe ser el responsable de indicar y controlar la duración de la recomendación (en niños de entre seis meses y tres años, por ejemplo, no se recomienda que exceda de las cuatro semanas). Por regla general se trata de una toma diaria de entre 1 y 3 mg que debe ser ingerida cada día a la misma hora, también determinada por el especialista.
Las mismas recomendaciones deberían ser seguidas por los adultos, ya que el consumo de melatonina en forma de suplementos alimenticios entraña más riesgos al no seguir éstos los mismos estándares de calidad y seguridad que un medicamento estándar. Sin ir más lejos, un estudio llevado a cabo en EE.UU. determinó que el 71% de los suplementos de melatonina analizados no contenían exactamente lo que ponía en la etiqueta, sobrepasando algunos hasta en cuatro veces la cantidad de melatonina indicada en la composición.




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