Vacunas: Más vale prevenir que curar
- galvezdjoum
- 20 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 24 feb 2020

¿Qué son las vacunas?
Son productos biológicos que sirven para prevenir enfermedades infecciosas activando nuestro organismo para que desarrolle defensas específicas contra ellas. Las vacunas “enseñan” al sistema inmunológico a defenderse. Por esa razón contienen, por lo general, parte del microorganismo causante de la enfermedad o el germen entero, pero muerto o debilitado.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Tras recibir la vacuna, por medio de una inyección, ingiriéndola o intranasalmente, nuestro organismo produce anticuerpos contra los gérmenes modificados que contiene. Estos anticuerpos nos protegerán frente a los agentes verdaderos causantes de la enfermedad, destruyéndolos y haciendo que no enfermemos. Esta forma de reaccionar “aprendida” nos proporciona inmunidad ante futuros encuentros con el microbio agresor, que desencadenará de nuevo la producción de anticuerpos defensores.
¿Por qué debo vacunar a mi hijo?
Porque las vacunas protegen a los niños de enfermedades peligrosas. Estas enfermedades pueden tener complicaciones graves o secuelas y provocar incluso la muerte. Algunos de estos padecimientos son ahora muy poco frecuentes, pero esto es debido precisamente al mantenimiento de las vacunaciones en toda la población.
¿Qué debe hacerse en caso de retraso de alguna vacuna?
Si se ha olvidado alguna vacuna coméntelo con su pediatra, probablemente no sea demasiado tarde. La mayoría de las vacunas se pueden administrar a cualquier edad y además, si hubiera olvidado alguna dosis no sería necesario empezar de nuevo, ya que las dosis administradas siguen contando, aunque haya pasado más tiempo del aconsejado.
¿Son seguras las vacunas?
Las vacunas son medicamentos muy seguros, pues son sometidas a estudios estrictos antes de poder administrarse a la población y siguen siendo vigiladas incluso una vez comercializadas.
No obstante, como todos los medicamentos, pueden producir efectos secundarios que por lo general son muy leves, del tipo de dolor en lugar del pinchazo o un poco de fiebre o incluso un sarpullido, dependiendo siempre de cada vacuna. Excepcionalmente, una vacuna puede desencadenar reacciones graves en personas alérgicas a ese preparado o con otro tipo de circunstancias especiales. Por eso se recomienda su control y administración por profesionales sanitarios y la permanencia en el centro de vacunación durante 20 minutos tras la vacunación.
¿Cuándo está contraindicada la administración de una vacuna?
Aunque debe consultarlo siempre con su enfermera o su pediatra, raramente está contraindicada una vacuna. Los procesos febriles importantes durante el día previsto para la vacunación pueden aconsejar su retraso, pero la única contraindicación real habitual es la alergia grave conocida a la vacuna o a alguno de sus componentes. Se podrán administrar las vacunas aunque su hijo esté resfriado o esté tomando otras medicinas o pueda estar incubando alguna enfermedad. El contacto con otros niños o con embarazadas o con mujeres que estén amamantando no contraindica nunca la vacunación.
¿Por qué es importante tener un registro sanitario de vacunas?
Un registro sanitario personal de las vacunaciones le ayuda a usted y a su médico a administrar las vacunas a tiempo. El registro debe empezar a los 2 meses, cuando recibe las primeras vacunaciones, y debe ser actualizado cada vez que al niño se le apliquen nuevas dosis. Esta información le será útil si usted se muda de domicilio o cambia de médico. Recuerde llevar la cartilla de registro cada vez que lleve al niño al médico.
¿Puedo saltarme el calendario de vacunaciones que le corresponde a mi hijo?
Esto es muy importante tenerlo claro. En España tenemos muy pocos casos (de los más bajos del mundo) de enfermedades que sean prevenibles por medio de vacunas, pero esto no quiere decir que estas enfermedades hayan sido erradicadas. Muchos de los virus y bacterias que las producen siguen presentes en nuestro país y por esta razón es importante que los niños, especialmente los bebés y niños pequeños, reciban a tiempo las vacunas recomendadas. Además, en una sociedad con tanta movilidad como la nuestra, cada día llegan personas de otros países o es posible que viajemos nosotros al extranjero, incluyendo países en los que las enfermedades que se pueden evitar con vacunas son todavía hoy relativamente comunes. Si no se utilizaran las vacunas podrían volver a producirse epidemias de enfermedades evitables, lo cual causaría mayores niveles de secuelas, invalidez y muerte infantil.






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